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Descubrir el entorno
Una vez en la ciudad podemos elegir entre ocho zonas termales habilitadas, todas con vestuarios, aseos y taquillas. Dentro del casco histórico nos encontramos con la estación termal de As Burgas, una piscina de 200 metros cuadrados donde bañarse a 38 grados de temperatura, con tumbonas y sauna. En las inmediaciones podemos visitar la Burga de Abaixo, una fuente termal de estilo neoclásico que es uno de los emblemas de Ourense. El Centro de Interpretación de As Burgas permite sumergirse un poco más en la cultura balnearia de Galicia y sus beneficios para la salud. Desde As Burgas llegamos caminando en solo cuatro minutos a la Plaza Mayor. Desde allí sale el Tren das Termas, L19, que nos lleva al paraíso termal ourensano, en el río Miño en el tramo entre el moderno puente del Milenio y la pasarela de Outariz. La zona más tradicional y popular es
A Chavasqueira, donde el agua alcanza una temperatura de 67 grados, pero en los últimos años han sido acondicionadas también otras áreas de acceso libre: O Tinteiro (45 grados), Reza (32 grados), Muiño da Veiga (72 grados) y las termas de Outariz y Canedo (45 grados).
Además de estas zonas abiertas, hay dos estaciones termales planteadas para realizar circuitos contrastando diferentes temperaturas, y con posibilidad de realizar tratamientos. Tanto la estación termal de A Chavasqueira como la de Outariz, más moderna, son de estilo japonés.
Merece la pena pagar el económico precio de entrada para disfrutar en A Chavasqueira del circuito termal japonés siguiendo la filosofía zen, relajarse en el rotemburo exterior de piedra y el ofuro en el interior; pasar por el templarium, el sudarium y darse sentir el choque térmico en la piscina de agua fría del Tsumetai.
Para acabar, nada mejor que un masaje en silla sueca o camilla. También tiene bar y abre todos los días hasta la noche menos los lunes. Los sábados y vísperas de festivos se puede disfrutar del circuito termal hasta las tres de la madrugada.
La estación termal de Outariz, de creación más reciente, también se inspira en la cultura balnearia japonesa en mestizaje con la gallega. En las dos horas de paz y tranquilidad a las que se tiene acceso con la entrada se puede elegir entre circuito zen o celta. La piedra, las propiedades y temperaturas del agua y las vistas hacia el río Miño y sus frondosas laderas son infalibles para combatir toda tensión muscular y mental. Hay un sushi bar para reponer fuerzas y también ofrece tratamientos de
relajación y de belleza. Abre todos los días excepto los martes.
El último Tren das Termas vuelve al centro de Ourense a las siete en temporada baja y a las nueve en alta. Desde la estación de ferrocarril hay conexión a Santiago hasta pasadas las nueve de la noche. Llegamos de vuelta a Compostela ante de las diez de la noche en total estado de relajación, preparados para empezar un nuevo camino y a tiempo de disfrutar de una sabrosa cena reconstituyente en el restaurante del hotel.