DESCUBRIR EL ENTORNO

Construido en el límite de la ciudad histórica, se integra con respeto en el entorno de piedra con planos limpios y volúmenes que mantienen la escala humana y crean en su interior un espacio sereno con iluminación cenital que cede el protagonismo a las obras que se exponen. La entrada es gratuita y se organizan actividades, talleres y exposiciones temporales.
Junto al CGAC está San Domingos de Bonaval y su parque diseñado también por el arquitecto portugués. El proyecto de intervención convirtió la antigua finca y el cementerio del convento dominico en una particular zona verde urbana a la que accedemos por el pasadizo que forman los laterales del moderno CGAC y el más tradicional Museo do Pobo Galego. Paseamos o descansamos sobre la hierba en sus laderas onduladas con vistas a los tejados de la ciudad y nos encontramos una escultura de Chillida. Transitamos entre fuentes, canales y una frondosa Carballeira.

Siguiendo la huella de Álvaro Siza caminamos en dirección norte hasta el campus universitario, atravesamos el Parque de la Música con su arrollo y su estanque en el que se refleja del Auditorio de Galicia y llegamos a la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

 El segundo gran edificio del maestro luso en Santiago se inauguró en 1993. El blanco, los volúmenes, las líneas y la luz marcan también este edificio docente en el que podemos entrar y ver los espacios amplios y luminosos y hasta el mobiliario diseñado también por Siza.
El descubrimiento de la Compostela contemporánea requiere también una visita al monte Gaiás y su Cidade da Cultura, un controvertido y costoso proyecto constructivo y cultural aún sin concluir que nace con la pretensión de ser la nueva catedral de Santiago. Diseñada por el arquitecto neoyorkino Peter Eisenman, esta macroestructura cultural reinterpreta el plano de la ciudad histórica de Santiago con sus calles y plazas para construir una urbe imaginaria desde claves actuales. Se pueden visitar los edificios de la Biblioteca, el Archivo y el Museo de Galicia. Visitamos el Gaiás a última hora y podemos aprovechar para contemplar desde allí la puesta de sol, incluso con alguno de los conciertos que se organizan en este momento del día en el ciclo Atardecer no Gaiás.